¿Qué pasa cuando la confianza entre los miembros de una pareja parece qué se ha roto...?¿Qué debemos hacer...?¿Cómo tenemos qué actuar...?
Sabemos de sobra (y más a estas alturas) que las relaciones no son nada fáciles, y menos cuando de parejas se trata. No se puede ir a dos velocidades diferentes, ni suponiendo las cosas, ni dando por hecho esto o lo otro y no hablarlo, no comunicarlo.
A veces se nos pone una venda que nos ciega y hace que nuestros propios ojos no vean una realidad que acaba por romper el amor que existe entre dos personas, o incluso que un "tercer alguien" ande malmetiendo por el placer de conseguir romper todo lo que hemos construido. Porque, chicos y chicas, eso pasa y existen personas de semejante calaña.
Nos empeñamos en no confíar del todo en la pareja porque parece que se pierde la propia identidad, nos empeñamos en callarnos la mitad de las cosas que guardamos dentro pensando que son tonterías y nos las quedamos, sin darnos cuenta que, si lo compartimos, la pareja se renueva, se refuerza. Pero al parecer somos de naturaleza tímida y nos avergüenza el decir en voz alta según qué, por miedo o por cobardía.
Nos empeñamos en complicarlo todo sin más, en no llamar las cosas por su nombre y en no solucionar los pequeños baches que nos escupe la vida de la forma más sana y fácil: hablando.
Hay que aprender a romper con el pasado del todo y no dejar que sus tentáculos nos aprisionen para seguir sumidos en una angustia eterna, ni dejar que personas que una vez fueron básicas en nuestra existencia tengan aún el poder de seguir organizando nuestras vidas.
Porque todo tiene un límite. Y hay que aprender a verlo y a no sobrepasarlo.
La confianza en una pareja es esencial y básica, es el alma, la fuerza, el motor que hace que todo funcione bien..., tengámoslo en cuenta y hagamos que las palabras fluyan de nuestro interior de forma suave, tranquila y sin temor.
No perdamos la confianza en nosotros mismos y puede que sea la clave de un verdadero éxito de pareja.
Puede.
Sabemos de sobra (y más a estas alturas) que las relaciones no son nada fáciles, y menos cuando de parejas se trata. No se puede ir a dos velocidades diferentes, ni suponiendo las cosas, ni dando por hecho esto o lo otro y no hablarlo, no comunicarlo.
A veces se nos pone una venda que nos ciega y hace que nuestros propios ojos no vean una realidad que acaba por romper el amor que existe entre dos personas, o incluso que un "tercer alguien" ande malmetiendo por el placer de conseguir romper todo lo que hemos construido. Porque, chicos y chicas, eso pasa y existen personas de semejante calaña.
Nos empeñamos en no confíar del todo en la pareja porque parece que se pierde la propia identidad, nos empeñamos en callarnos la mitad de las cosas que guardamos dentro pensando que son tonterías y nos las quedamos, sin darnos cuenta que, si lo compartimos, la pareja se renueva, se refuerza. Pero al parecer somos de naturaleza tímida y nos avergüenza el decir en voz alta según qué, por miedo o por cobardía.
Nos empeñamos en complicarlo todo sin más, en no llamar las cosas por su nombre y en no solucionar los pequeños baches que nos escupe la vida de la forma más sana y fácil: hablando.
Hay que aprender a romper con el pasado del todo y no dejar que sus tentáculos nos aprisionen para seguir sumidos en una angustia eterna, ni dejar que personas que una vez fueron básicas en nuestra existencia tengan aún el poder de seguir organizando nuestras vidas.
Porque todo tiene un límite. Y hay que aprender a verlo y a no sobrepasarlo.
La confianza en una pareja es esencial y básica, es el alma, la fuerza, el motor que hace que todo funcione bien..., tengámoslo en cuenta y hagamos que las palabras fluyan de nuestro interior de forma suave, tranquila y sin temor.
No perdamos la confianza en nosotros mismos y puede que sea la clave de un verdadero éxito de pareja.
Puede.
5 comentarios:
B.R.I.L.L.A.N.T.E.
Gracias...
^^
Si es que somos seres complicados, qué se le va a hacer. La confianza es algo básico, pero luego hay otras cosas que han de quedar para uno. Compartirlo todo, todo, no sé yo... Hay cosas que mejor dejarlas reservadas, sobre todo si sabemos que son miedos infundados, manías personales o fobias repetitivas. Tampoco hay que apabullar a la pareja con nuestras "pajas mentales". He dicho ;)
Está usted de lo más trascendental (y eso me gusta)
Runner, querido mío, todo, todo, lo que s edice todo creo que no, como bien dices. Si son esas cosas oscuras y raras, pues que queden guardadas,..., peor lo básico es más que necesario.
Locuelo, muy señor mío, ¿le gusta...? ;)
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