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viernes, 14 de octubre de 2011

Bravo Italia!

"El pasado 12 de marzo, Silvio Berlusconi debió enfrentarse a la realidad. Italia festejaba el 150 aniversario de su creación y en esta ocasión se representó en Roma la ópera Nabucco, de Giuseppe Verdi, dirigida por el maestro Ricardo Muti.
Nabucco evoca el episodio de la esclavitud de los judíos en Babilonia, y el famoso canto "Va pensiero" es el canto del coro de esclavos
oprimidos. En Italia, este canto es un símbolo de la búsqueda de la libertad (en los años en que se escribió la ópera, Italia estaba bajo el imperio de los Habsburgo).
Antes de la representación, Gianni Alemanno, alcalde de Roma, subió al escenario para pronunciar un discurso en el que denunciaba los recortes del presupuesto de cultura que estaba haciendo el Gobierno, a pesar de que Alemanno es miembro del partido gobernante y había sido ministro de Berlusconi. Esta intervención del alcalde, en presencia de Berlusconi que asistía a la representación, produjo un efecto inesperado.
Ricardo Muti, director de la orquesta, declaró al "Times": 'La ópera se desarrolló normalmente hasta que llegamos al famoso canto "Va pensiero", inmediatamente sentí que el público se ponía en tensión'
Hay cosas que no se pueden describir, pero que uno las siente. Era el silencio del público el que se hacía sentir hasta entonces, pero cuando empezó el "Va Pensiero", el silencio se llenó de verdadero fervor. Se podía sentir la reacción del público ante el lamento de los esclavos que cantan: "Oh patria mía, tan bella y tan perdida."
Cuando el coro llegaba a su fin, el público empezó a pedir un bis, mientras gritaba "Viva Italia" y "Viva Verdi". A Muti no le suele gustar hacer un bis en mitad de una representación. Sólo en una ocasión, en la Scala de Milan, en 1986, había aceptado hacer un bis del "Va pensiero", 'Yo no quería sólo hacer un bis. Tenía que haber una intención especial para hacerlo' - dijo Muti -, en un gesto teatral, Muti se dio la vuelta, miró al público y a
Berlusconi a la vez, y se oyó que alguien entre el público gritó: "Larga vida a Italia!". Muti dijo entonces: 'Sí, estoy de acuerdo: "Larga vida a Italia", pero yo ya no tengo 30 años, he vivido ya mi vida como italiano y he recorrido mucho mundo. Hoy siento vergüenza de lo que sucede en mi país. Accedo, pues, a vuestra petición de un bis del "Va Pensiero". No es sólo por la dicha patriótica que siento, sino porque esta noche, cuando dirigía al Coro que cantó "Ay mi país, bello y perdido" , pensé que si seguimos así vamos a matar la cultura sobre la cual se construyó la historia de Italia. En tal caso, nuestra patria, estaría de verdad "bella y perdida"'.
Muchos aplausos, incluidos los de los artistas en escena. Muti prosiguió. 'Yo he callado durante muchos años. Ahora deberíamos darle sentido a
este canto. Les propongo que se unan al coro y que cantemos todos el "Va pensiero"'
Toda la ópera de Roma se levantó. Y el coro también. Fue un momento mágico. Esa noche no fue solamente una representación de Nabucco,
sino también una declaración del teatro de la capital para llamar la atención a los políticos."



¡¡BRUTAL!!

Noches de octubre



Noches mágicas de octubre estamos pasando, noches únicas e inolvidables a la luz de montones de pequeñas velas diseminadas por doquier que iluminan nuestros rostros, nuestros rostros sonrientes y relajados.

Noches de mismísimo verano en la antigua Barcelona o en el orgulloso Sabadell, noches de terraza, cenas y charlas, noches de encuentros, de reencuentros y de lazos que se aprietan, de lazos que aún más se estrechan.

De cómo veinte mil soles peruanos se pueden convertir en millones, pero millones de besos y abrazos, en millones de confianzas encontradas, de miradas unidas y de corazones a un tiempo.

Disfrutando cada minuto, cada hora del crepúsculo para dar paso a unas noches únicas y verdaderas, una noches especiales,reconfortantes..., para poder sentirse en familia, en íntima armonía con mis hermanos (¡juntos por fin!), para regodearse en esos instantes que algún día se repetirán...

Octubre nos ha tendido ambas manos, octubre nos está regalando un pequeño verano para que nunca olvidemos todo lo que estamos viviendo, pasando y acariciando.

Noches de octubre con mi novio, con mi hermana, con mi hermano, con mi cuñada, con la luna llena y las estrellas, allá en lo alto, brillando.

Y la luz tenue de las velas parpadeando.

miércoles, 5 de octubre de 2011

Hello & Welcome!!!!



Ayer, ¡al fin!, llegó mi tata desde el Perú!!Después de casi un año y medio sin vernos en persona, fue increíble poder abrazarla cuando salió cargadita de maletas y cargadita de sonrisas!!!

¿Cómo se puede querer a alguien tanto...?¿Es posible qué cada vez sea más ese querer...?La verdad es que no me cansaré nunca de mirarla y ver lo guapísima que es por fuera y por dentro, ¡qué especial es!

En los grandes malos momentos siempre hay pequeñas islas donde refugiarte y mi tata es una gran y seguro refugio...

martes, 4 de octubre de 2011

Gran entrevista a Florence Aubenas, periodista gala




El otro día me quedé enganchado a este artículo, una entrevista realizada a la periodista francesa Florence Auibenas. Aunque desconozcáis quién es ella, os aconsejo la lectura enterita y entenderéis el por qué.

Según Florence "...para empezar a ser pobre hay que tener dinero, un móvil, un ordenador...", ¡impresionante!


"Sabemos todo y nada de la crisis

La periodista gala trabajó seis meses como una mujer de la limpieza para entender mejor la recesión.

Acostumbrada a los grandes reportajes -la nobleza del oficio, dice-, la periodista francesa Florence Aubenas (1961, Bruselas) guarda en su libreta historias sobre el terreno en Ruanda, Kosovo y Afganistán. En Irak, en el curso de un reportaje para Le Nouvel Observateur, fue tomada en 2005 como rehén durante meses. Pero su inquietud no mermó un ápice por ello. En El muelle de Ouistreham (Anagrama) Aubenas se adentra en la Francia de la crisis bajo la identidad de una mujer de la limpieza.

¿Por qué eligió Francia si está acostumbrada a lugares más extraordinarios?

A veces el lugar de al lado es más desconocido. Mi viaje duró seis meses y la idea inicial era vivir mi país desde la crisis. Me interesaba hablar de Francia desde cómo se siente la recesión. Pensaba que fácilmente encontraría un trabajo por muy duro que fuera. No fue así.

Pero enseguida se llevó más de una sorpresa...

Tardé un mes y medio en encontrar un empleo. Resulta difícil incluso trabajar de cualquier cosa. Son trabajos marginales que tocan no sólo a una franja de la población. Encontré a estudiantes, divorciadas, jubiladas... Es un error pensar que la crisis afecta sólo a una categoría de personas.

Todos conocemos a más de un afectado por la crisis.

Mis primeros reportajes fueron en los ochenta, con la crisis de la siderurgia. Sabemos bien lo que significa la palabra crisis. Nos es familiar, pero es sólo la teoría. Sabemos todo y nada de la crisis. Me interesaba mucho analizar esa dualidad.

Buscó trabajo como una mujer divorciada, sin formación ni coche. ¿Hay algo peor?

Para empezar a ser pobre hay que tener dinero, un móvil y un ordenador. Y el coche es signo de adaptación social. Además, estar disponible todo el tiempo, incluidos los domingo. Necesitaba la infraestructura de un oficinista para llegar a trabajar como una mujer de la limpieza.

Pero ni siquiera consiguió un puesto de ocho horas.

Antes, un contrato indefinido era una realidad, pero ahora un 20% de la población tiene un trabajo precario. Existe una grave desregulación. Lo damos por hecho, pero la jubilación no concierne a uno de cada cinco.

¿Se ha desnaturalizado el concepto del trabajo?

Existe desde hace ya un tiempo y no nos damos ni cuenta. Todos los trabajos están tocados por la crisis. El estatus es el mismo, pero es inseguro. Y la inseguridad nos priva de poder alquilar un piso, de comprar una nevera a plazos.

¿Cambió la mirada de los demás hacia usted?

Sí. En mi oficio, ser una mujer está muy valorado. Me dicen que soy valiente, que qué dura es la guerra o vivir en Afganistán. En este caso, ser una mujer es tener el mismo estatus que una escoba, de alguien que nadieve, que nadie saluda. Descubrí que esa es la verdadera vida de las mujeres.

Pero se aprecia mucha solidaridad entre la gente...

Los otros candidatos son competidores, pero sin ayudarnos los unos a los otros es imposible salir adelante. Y menos si para trabajar dos horas necesitas tres de desplazamiento.

¿Debería el periodismo dedicarse más a estos temas?

Los grandes reportajes se han desvalorizado con los recortes. Nunca me habrían dejado hacer este reportaje en Le Nouvel Observateur. No hay temas grandes o pequeños, es cómo los contamos. Deberíamos acercar temas difíciles y hacerlos comprensibles, como los buenos profesores.

¿Hay algún momento que recuerde en especial?

Sí, esa mujer, Françoise. Mientras limpiábamos el cámping decidió parar tres minutos para fumar: la jefa nos vigilaba y nos metía prisa. Trabajábamos con pánico. Pero ella apartó la escoba y decidió terminar su cigarrillo. Me pareció un acto heroico, de libertad absoluta, una resistencia real."

Una entrevista de Ariane Basaguren
Fuente: adn.es y adn edición impresa.

¿Qué os ha parecido...?

lunes, 3 de octubre de 2011

Formentera











Dos trayectos en tren, uno en avión, otro en autobús, uno más en barco, nos llevaron hasta el bullicioso y radiante puerto de La Savina, (la única entrada y salida del lugar)junto al Estany des Peix -el Estanque del Pez-, que se comunica con el mar por un pequeño entrante marino, y, unos cinco kilómetros en moto, hasta la casita que habíamos alquilado en Sant Francecs Xavier, en la paradisíaca isla de Formentera.
El día, radiante, de no menos de 28C, sin nubes, el cielo azul y el sol..., el sol meridional de una isla encarada hacia África que sonríe de forma permanente a su hermana mayor, Eivissa (Ibiza).

Dejamos las maletas y salimos por el pueblo para reencontrarnos con el lugar, para fundirnos con el alma de esa tierra rodeada de un mar de aguas cristalinas que, de forma constante e incansable, la abraza por completo. Sin apenas darnos cuenta de ello, acabamos en una pizzeria, propiedad de unos italianos (¡ay los italianos, ¡cómo adoran Formentera!) para comer unas hamburguesas caseras impresionantes, sentados en un patio fresco e iluminado por esa luz especial que sólo esa isla posee.

Tras ello, dimos otro largo paseo por St. Francesc, hasta que montamos en nuestra veloz moto y nos dirigimos a uno de los rincones más solitarios y salvajes que posee ese lugar, la Platja de Migjorn (que es una sucesión de arenales de más de ocho kilómetros), con arena blanca y sus aguas turquesas..., la sensación de locura me invadió al introducirme en ellas (libre de bañador, ¡por supuesto!), al sumergirme en el Mediterráneo, al disfrutar de esas olas casi quietas y calladas, unos olas tímidas y, a la par, sugerentes...

Una siesta, unos juegos y con las pilas cargadas, nos fuimos a pasear por el pequeño núcleo pesquero de Es Caló de Sant Agustí, tan unido al mar, tan cuidado y pintoresco, tan impregnado de olor a sal marina! Apenas sin darnos cuenta, el atardecer se nos venía encima, así que decidimos comprar una buena botella de vino blanco (grandísima elección de un vino de la tierra de Eivissa, junto a unos espaguettis a la bolognesa, para cenar sentaditos en el patio bajo la luz parpadeante de un número de estrellas incontable. Y no dejamos llevar por el silencio, por el vino, por la noche cálida y una cama que nos acogía de la mejor manera...

Despertamos al hartarnos de sueño, pero pronto en la mañana, y es que, cuando duermes bien, tan sólo unas horas parecen decenios completos, y te levantas contento y descansado, con ganas de abrir la ventana y saludar al mundo... Un buen desayuno bajo el parasol, y entre bollos y batido de cacao, planeábamos nuestro día, pero sin rumbo fijo y sin saber qué camino tomar..., así que nos dirigimos hacía la famosisíma Cala Saona, la única cala de la isla situada en el litoral de poniente, de aguas tropicales y arena más que blanca..., pero llena de turistas tapados hasta las orejas y parasoles, todo debido a que es una de las pocas zonas dedicadas, en exclusiva, al turismo de masas (por llamarlo de alguna manera, puesto que en Formentera no existe el turismo de masas), pero que nos permitió acercarnos a los acantilados y a las cabañas pesqueras, para hacer unas preciosas fotos y disfrutar de una brisa tranquila que se enredaba en nuestros rostros. Tras ello, nos fuimos hacía el Sur, hasta el Far (Faro) de Barbaria (famoso por la peli "Lucía y el sexo", donde disfrutamos de ese paisaje fabuloso, y también nos acercamos hasta la torre de defensa que hay cerca, un pequeño paseo en el que las verdes lagartijas -únicas en el planeta y protegidas por severas leyes-, nos acompañaban sin miedos ni vergüenza. ¿Qué hacer después...?Pues subir a nuestra moto (con nuestros pañuelos al viento, violeta el de veteli, azul cielo el mío), hacía la parte Norte y a una de las zonas más populares de la isla: las Platjes de Llevant y de Ses Illetes...

Ses Illetes es impresionante, y Llevant magnífico. No hay adjetivos que describan estos arenales de finísima arena blanca (y rosada en la orilla del agua), donde la sensación de felicidad toca su máximo exponente y donde te sientes como señor del mundo... Naturismo mezclado con bañadores de colores, parejas de todas las nacionalidades y de sexos iguales o diferentes, la tolerancia es tan grande que es cuando te das cuenta de las tonterías que nos marca la sociedad. En Formentera nadie se escandaliza si voy de la mano de mi novio, si dos chicas se besan de forma apasionada en la plaza, si unos recién casados heteros se miran enamorados..., o si nosotros nos hacemos fotos abrazados en la orilla del mar con el automático de la cámara, riendo y llenos de arena hasta las orejas, mientras unas chicas italianas se ríen con nosotros y después hacen lo mismo..., y como dice veteli, Formentera significa libertad.

Decidimos comer en uno de los restaurantes más in y famosos de la isla (y de las Baleares), situado en la misma playa de Ses Illetes (los camareos/as van descalzos porque está sobe la arena de la playa, pero en el camino), que se llama "Juan y Andrea", de comida muy buena y de precios muy carísimos..., pero la paella marinera nos supo a gloria bendita, los higos frescos (de Formentera y producto puro de allí) y junto al paisaje espectacular, fue algo inolvidable.

Pasando por el Estany Pudent (antiguo lago de agua dulce pero que salaron para acabar con los mosquitos y la enfermedad del paludismo)y las históricas salinas -todo formando parte de un precioso parque natural-, nos acercamos para dar una vuelta por el más que turístico pueblo de Es Pujols, donde se concentra el mayor número de hoteles y hostales, tiendas y restaurantes, junto a su hermosa playa y sus barcas pesqueras (no olvidemos que para lo que en Formentera parece grande, fuera de allí es pequeño, por lo tanto Es Pujols comparado con algún otro lugar turístico de la Península o de otras isla, es muy pequeño). En Es Pujols nos dedicamos a ver las tiendas, hacer alguna compra y disfrutar de las vistas, hasta la hora de la puesta de sol, donde llenos de arena y sol, nos fuimos con nuestra moto a St. Francesc para tomar una cerveza y una coca-cola en uno de los bares más famosos, popular y acogedor, la Fonda Plate, bajo su emparrado y en el centro del pueblo, y luego a casita para deleitarnos con una una ducha relajante, saborear una buena cena y disfrutar de la piel suave y bronceada...

Amaneció otro día radiante, un día que esperábamos con ilusión porque lo íbamos a dedicar por completo a la zona de La Mola, al este y la zona más alta, que casi vive de espaldas al resto de la isla. Subir por la carretera de curvas con la moto, entre pinares de olor a resina fresca y parar en el mirador para admirar la isla casi al completo, es una experiencia única y brutal..., hasta llegar al pueblito, El Pilar de la Mola, enclave donde la marea hippy es más que conocida, y donde hoy en día residen todos los artesanos y artistas con sus obras "made in Formentera", preciosas y únicas. Nos acercamos hasta el Far de La Mola (el faro del fin del mundo), un lugar con unos acantilados impresionantes, acantilados que caen en picado hasta el enfurecido mar, y donde el famoso Julio Verne se inspiró para escribir una de sus magníficas novelas "Viaje a través del imperio solar", y donde una placa dá fé de ello. Tomar algo en el magnífico bar chill out y entrar en la tienda es algo indispensable. Después nos acercamos hasta el Molí (Molino) de Es Pilar, antiguo molino harinero (el nombre de Formentera deriva de forment o froment, denominación en catalán para el trigo candeal, el más común en un momento dado de la historia de la isla), que ahora es un museo pequeño y muy interesante, siendo el único en buen estado, declarado monumento y que además es visitable. Estuvimos charlando con las señoras formenterinas de toda la vida,(las que se encargan de dar toda la información sobre el lugar), ellas en su formentero de campo y cerrado y nosotros con nuestro catalán abierto y neutro, ¡una gozada el poder expresarnos de esa forma!

Nos indicaron cómo llegar hasta el inicio del camino que buscábamos puesto que queríamos hacer una ruta verde, una excursión para disfrutar al máximo de la naturaleza. Fue fácil llegar y bajar desde esa meseta hasta cierto punto del camino, entonces aparcamos la moto (un poco más allá del principio) y nos dirigimos hacía el mar, con un descenso muy pronunciado y una temperatura muy alta, entre pinos y cantos de pájaros..., hasta llegar, sudando y acalorados, al pequeñísimo puerto pesquero de El Pilar, s'Estufador, donde el paisaje es casi lunar debido a la erosión del viento y el agua, y donde nos dimos un baño en aguas cristalinas desnudos al viento, al mar y frente a la vida misma. Dsifrutamos de nuestra compañía, del rugido del mar, de los pequeños animales y de las fotos que le tomamos a un precioso ejemplar de corb marí (de cormorán), comimos fruta fresca, bebimos agua más fresca aún y decidimos comenzar la dura ascensión por el empinado camino, sin prisas y con tranquilidad. Al llegar a la moto decidimos darnos un festín a base de viandas tradicionales de la isla, así que fumos al restaurante "Pequeña Isla", en la calle principal de de El Pilar de la Mola, dode comimos (en su terraza preciosa) unas torradas de pà de pagés (tostadas en pan de payés)con sobrasada -típico de allí- con miel de romero de la misma isla, ¡exquisito!A lo que siguió una paella con frutos del mar de Formentera que era una gozada, regado con vino rosado de la isla (hay muy poca producción de vino en Formentera!!!) delicioso, y postres de Formentera: pastelitos y bollitos junto a higos secos de La Mola, fue increíble, un regalo que me quiso hacer veteli para que el recuerdo de ese pequeño viaje no se me borre nunca. Hay que decir que tanto lo que ofrece el restaurante en platos de la propia isla (y de toda la vida), como el trato recibido, así como su precio (de precio medio), hacen que sea de visita obligatoria.

Y nos fuimos al Mercadillo Artesanal, tan famoso como el Mercadillo de Les Dalies en Eivissa, donde desde mayo hasta finales de septiembre, los artista y artesanos ofrecen sus productos dos veces por semana, miércoles y domingo, ¡y nosotros pillamos el último mercadillo de la temporada!Para mi, que nunca había tenido la ocasión de ir, fue una emoción incontenible, tan inconteniible que no pude evitar el llevar algo a los míos para que posean un objeto especial y buscado de un momento particular y único de mi vida. Hablé con todos/as los artesanos/as, busqué y busqué..., y encontré. ¡Cómo llegué a disfrutar...!

Luego decidimos bajar hasta un rincón alucinante al pie de la carretera de La Mola, al final de la Platja de Es Migjorn, Es Caló des Mort (La Calita del Muerto)..., no hay palabras para llegar a describirlo.... Pequeño, casi minúsculo, de arena blanca y aguas transparentes, con el fondo cubierto de esa arena, la playita cubierta de miles de conchas pequeñitas, las casetas de pescadores (creo que tan sólo hay tres!) y la puesta de sol desde el agua..., el silencio..., y las pocas personas que allí estábamos disfrutando de ese momento nos sentíamos transportadas a otra dimensión, era algo casi irreal ...

Tras una experiencia semejante, nos dirigimos hasta el pueblito que nos quedaba por visitar, Sant Ferran de Ses Roques, pequeño enclave situado en un cruce importante de caminos, famoso por varios de sus locales (de toda la vida) y con mucho estilo en plena temporada, donde dimos un paseo, vimos su preciosa iglesia, y no nos decidimos de entrar en uno de sus locales con más solera porque nos apetecía volver a St. Francesc a dar una vuelta...

Ya en St. Francesc tomamos algo, vimos una exposición de una joven pintora/artesana, y disfrutamos del ambiente veraniego (¡en otoño!) de este maravilloso centro urbano. Luego, a casa, ducha, cena y..., ..., para despertar en plena madrugada por la enorme tormenta que cayó y que fue la despedida que nos bridó nuestra querida Formentera..., y volver a dormirme en brazos de veteli...

Nuestra última mañana fue la de disfrutar de un delicioso desayuno de ensaimada rellena de cabello de ángel (típico!!!) y de ultimar unas compras en el pueblo. Luego, en nuestra querida moto y con los pañuelos más al viento aún, llegamos a La Savina y embarcamos rumbo a Eivissa. Una vez allí (más cosmopolita que nunca debido a las importantísimas fiestas de cierre de temporada de las discotecas), dimos un paseo y nos quedamos a comer en un restaurante del barrio marinero de Es Port hasta la hora de coger el bus que nos acercaba al aeropuerto...

Un trayecto en moto, otro en barco, otro en autobús y dos en tren... nos llevaron hasta nuestra casa en Sabadell..., nuevos, juntos, relajados, descansados, con fuerzas para enfrentarnos a todo y a todos...

Y como dice veteli, Formentera es LIBERTAD.