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lunes, 1 de marzo de 2010

Sábado 27/02/2010: Terremoto en Chile.



Acabo de escribir lo siguiente para "La Dolce Vita". Y aquí os lo dejo.

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Tan sólo sabíamos que la cabeza nos daba vueltas tras escuchar por la radio que en Chile había habido un brutal terremoto. Que las regiones de Maule, Bío-Bío y parte de la Aracaunía estaban, literalmente, destrozadas. Que había muchos muertos. Que las comunicaciones no existían, que el caos había hecho presa de todo...
Estábamos de viaje, en carretera, y nos sentíamos de lo más extraño, como si nos hubieran mordido por dentro mientras un miedo intenso hacía presa de nosotros porque parte de nuestras vidas están allí de una forma permanente, porque amamos esas regiones, porque amamos la zona del Maule... porque nuestros amigos, nuestros grandes amigos viven allí...

Decían que el terremoto había alcanzado 8,8 en la escala de Richter, (¡Dios mío, 8,8!), que ciudades como Concepción (¡la hermosa Concepción!), Parral, Talca... estaban aniquiladas...
Decían que no se podía comunicar con el país, que el aeropuerto internacional de Santiago de Chile estaba cerrado, que la mismísima capital estaba afectada, que... que... que...

Mientras Veteli me miraba en silencio y la voz de la radio era atronadora, mis dedos no dejaban de marcar el número de teléfono de Roddo (comentarista habitual en LDV) una y otra vez, una y otra vez pero el silencio era la única respuesta, un silencio largo y doloroso, un silencio sazonado de dolor y de bastante temor. Coseguimos los teléfonos del resto de amigos de allí como pudimos (no los llevábamos con nosotros) y fue un infinito de llamadas a muchos números diferentes pero con algo en común: silencio atronador como respuesta.

Parral estaba destruída. Decían que las réplicas eran muy fuertes y no cesaban, que la población estaba aterrada... fue cuando mi piel se cubrió por completo de escalofríos y mi vista se nublaba y el escozor de las lágrimas me oprimían...

Y nuestra querida ciudad de Longaví (vecina a la población de Parral, ambas en Maule) estaba en el centro más duro del sismo. Esa ciudad que nos acogió con los brazos abiertos cuando estuvimos allí, esa ciudad por donde paseamos, esa ciudad por donde vivimos unos sueños cumplidos... la ciudad de nuestros amigos, ¿podría ser cierto que Longaví estaba arrasada...?

Pudimos hablar con el hermano de Roddo que reside en España y nos dijo que había podido tener una pequeña conversación con él por la mañana y que estaban bien, asustados pero bien... y ya más nada. Y mis dedos seguían marcando y marcando unos números que pertenecían a unas personas que significan todo para nosotros...

Las noticias en todos los medios eran terribles, todas malas y peores, pero nuestra esperanza iba en aumento porque SABÍAMOS que ellos estarían bien, que son fuertes e inteligentes y que se ayudarían unos a otros porque son grandes y buenas personas y forman parte de nuestros corazones, de nuestras almas, son parte de nuestras vidas y un puto terremoto, por muy fuerte que fuera, no iba a poder con ellos.

Tratábamos de seguir disfrutando del fin de semana, pero siempre con el móvil en la mano llamando sin cesar. Recibimos llamadas de nuestros amigos y familiares de aquí, porque todos saben de nuestra relación tan y tan estrecha con Chile y sabemos que también estaban preocupados...

Y pasó el sábado... y una vez en la cama, en una casa rural perdida en una montaña, sobre las dos de la madrugada una voz contestó al otro lado de la línea y, entre sonidos extraños y lejanos, pudimos hablar: era el padre de Roddo y nos decía que estaban bien, que todos estaban bien pero que la ciudad estaba casi reducida a escombros... Que Roddo estaba con Paula ayudando a la gente... que estaban bien... ¡qué estaban bien! Al colgar seguimos llamando a Roddo y... nos quedamos dormidos en el intento.

Domingo. Mi angustia era tremenda, crecía sola por momentos y me sentía vacío al pensar en mi amigo del alma, en mi alma gemela, en mi precioso Roddo, en mi amigo... mientras Veteli decía que él sabía que estaba bien y que pronto lograríamos hablar con él. Y con Paula, y con Ruby, y con Yoya, y con Carmen, y con Jorge, y con Claudio... con todos.... y, una vez más em la madrugada, una voz nos contestó... la voz de nuestro Roddo.

"No hay agua, no hay luz, no hay gas, no hay alimentos... Todo pasó en la madrugada del sábado, hacía las tres y media, todo tembló, todos salimos a la calle... todo se venía abajo. No hay gasolina, no hay control, hay pillajes... la casa está aguantado pero los muros interiores están mal y no sabemos si resistirá... Dormimos donde Paula todos juntos porque su casa está bien, pero mi papá se queda en la casa para que no entren a robar... ¡Tiembla todo de nuevo...!¡salgan de la casa al tiro,rápido ya!¡Rápido!..."

Una réplica.

Mis escalofríos eran intensos, densos y lentos, la respiración entrecortada de Veteli a mi lado, y yo le decía a Roddo "¡corre!¡sal de la casa!¡No cuelgues el teléfono, pero sal ya!" Y escuchaba un rumor, un eco de desolación, escuchaba a mi gran y querido amigo a 14.000 kms de distancia acuciando a su abuelita y a su padre para que salieran porque la puta réplica no paraba...

"Tranquilo, parece que ya pasó. Yo estaba en la puerta de la calle por si tenía que salir de la casa... No creo que nuestra casa aguante mucho más... Los objetos de valor los he llevado a casa de mis amigos de enfrente que está bien porque es una gran casa nueva... He llevado el pc, el televisor, la colección de cds... y todo lo que tenemos bueno... La casa de Claudio está bien porque es de madera y amortigua... la de Jorge tiene algún daño, pero nada que no se pueda reparar, allí están sus padres y abuelos... La casa de Paula está bien, sí, tranquilo Genes que está bien... he conseguido comida que he llevado allí para todos... ¿Yo? Yo estoy bien y tranquilo, ya me conoces, estoy bien, soy fuerte y resuelto , no puedo perder los nervios, de lo contario..."

Pregunté: "¿Roddo, ¿CÓMO ESTÁS...?"

Contestó: "... yo... estoy bien, de verdad, bien, tranquilo..." y noté en mi corazón una sonrisa, una sonrisa de amor y cariño, de miedo, de dolor, de cansancio y agotamiento... y supe todo lo que mi Roddo, nuestro Roddo estaba sintiendo, viviendo y pasando.

"Cuando pase todo, iré a la Municipalidad para saber si podrán arreglar la casa, o no sé buscar una nueva, o irnos a Santiago con mis papás... ya veremos... por lo menos sabemos que mi mamá y mi hermana están bien. Mi papá quiere ir allí, a su cas, en cuanto se reinicien las comunicaciones... está preocupado también. Sé que el ejército está llegando para poner orden y repartir alimentos... que hay estado de emergencia..."

"Sí que lo hay Roddo, lo hay... No sé qué decirte Roddo, no sé qué podemos hacer desde aquí, quisieramos estar allí para ayudarte, ayudaros... Roddo..."

"Lo sé, lo sé... lo sé..."

Un puño de acero apretaba mi garganta y el aire apenas me llegaba al cuerpo mientras mi alma se doblegaba...

"Te llamaremos..."

"Llamadme sobre esta hora que es cuando parece que funciona el teléfono, llamadme mañana a casa de Paula y..."

Se cortó. Perdimos la voz de nuestro Roddo... pero estaban bien, estaban bien, bien, bien... La casa se arreglará, juro que se arreglará porque Veteli y yo haremos lo imposible porque así sea.

Y hoy, ya de vuelta, seguimos llamando y llamando y llamando y todo es inútil... pero seguimos insistiendo e inisitiendo porque sabemos que si Roddo escucha nuestras voces se sentirá fuerte y animado. Porque sabrá lo mucho que les queremos y lo importantes que son para nosotros...

Mientras escribo... lloro, lloro en silencio porque me asusta todo lo que está ocurriendo, porque no se merecen todo esto, porque Roddo ha luchado por levantar su casa y ahora está a punto de derrumbarse... porque sus vidas han estado a punto de... porque la muerte les ha rozado con su negro manto. Y han tenido suerte porque son cientos ya los fallecidos...

Roddo nos decía que todo lo que conocíamos del Maule y del Bío-Bío había desparecido, que la tierra y el mar se lo habían tragado: la costa donde nos bañamos, los pueblos donde reímos, las ciudades por donde paseamos... que el centro de Talca -capital del Maule- ya no existía, que el hospital de Linares (nuestra Linares) se había venido abajo por completo, las calles, el mercado... que no quedaba nada.

He intentado ser fiel a la conversación que ayer tuvimos, pero no la tengo clara del todo porque soy un nudo de sentimientos, de sensaciones y de miedos.
Sé que hoy lunes no es habitual que escriba, pero... pero quiero que sepáis de primera mano lo que en Chile está sucediendo. Quiero que sepáis que yo estoy allí, y Veteli también y que... y que rogamos a Dios (si es que existe) que no les haga más daño porque ni ellos ni nadie lo merecen.

Roddo estamos SIEMPRE contigo... y estaremos para lo que necesites. LO SABES.

He visto que en su blog hoy a podido actualizar. Por favor, mostradle nuestro apoyo.

http://quienmeescondioloszapatos.blogspot.com/

Y seguimos rogando...