
No daba crédito a lo que escuchaba: Túnez había salido a la calle para exigir un país libre y echar a su dictador a la puta calle, el pueblo hablaba al fin, el pueblo no aguantaba más, el pueblo necesitaba vivir en libertad.
Conozco Túnez, conozco a sus gentes y a sus costumbres, conozco su día a día, sus sonrisas, su maltrecha vida... su cansancio, y entendí que ya no podían más. Y estuve y estoy con ellos.
Ahota tan sólo espero que puedan seguir con sus vidas, con sus trabajos, con todo lo cotidiano y que nos vuelvan a abrir las puertas de ese hermoso país para poder disfrutar d ela democracia en libertad.





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