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martes, 4 de octubre de 2011

Gran entrevista a Florence Aubenas, periodista gala




El otro día me quedé enganchado a este artículo, una entrevista realizada a la periodista francesa Florence Auibenas. Aunque desconozcáis quién es ella, os aconsejo la lectura enterita y entenderéis el por qué.

Según Florence "...para empezar a ser pobre hay que tener dinero, un móvil, un ordenador...", ¡impresionante!


"Sabemos todo y nada de la crisis

La periodista gala trabajó seis meses como una mujer de la limpieza para entender mejor la recesión.

Acostumbrada a los grandes reportajes -la nobleza del oficio, dice-, la periodista francesa Florence Aubenas (1961, Bruselas) guarda en su libreta historias sobre el terreno en Ruanda, Kosovo y Afganistán. En Irak, en el curso de un reportaje para Le Nouvel Observateur, fue tomada en 2005 como rehén durante meses. Pero su inquietud no mermó un ápice por ello. En El muelle de Ouistreham (Anagrama) Aubenas se adentra en la Francia de la crisis bajo la identidad de una mujer de la limpieza.

¿Por qué eligió Francia si está acostumbrada a lugares más extraordinarios?

A veces el lugar de al lado es más desconocido. Mi viaje duró seis meses y la idea inicial era vivir mi país desde la crisis. Me interesaba hablar de Francia desde cómo se siente la recesión. Pensaba que fácilmente encontraría un trabajo por muy duro que fuera. No fue así.

Pero enseguida se llevó más de una sorpresa...

Tardé un mes y medio en encontrar un empleo. Resulta difícil incluso trabajar de cualquier cosa. Son trabajos marginales que tocan no sólo a una franja de la población. Encontré a estudiantes, divorciadas, jubiladas... Es un error pensar que la crisis afecta sólo a una categoría de personas.

Todos conocemos a más de un afectado por la crisis.

Mis primeros reportajes fueron en los ochenta, con la crisis de la siderurgia. Sabemos bien lo que significa la palabra crisis. Nos es familiar, pero es sólo la teoría. Sabemos todo y nada de la crisis. Me interesaba mucho analizar esa dualidad.

Buscó trabajo como una mujer divorciada, sin formación ni coche. ¿Hay algo peor?

Para empezar a ser pobre hay que tener dinero, un móvil y un ordenador. Y el coche es signo de adaptación social. Además, estar disponible todo el tiempo, incluidos los domingo. Necesitaba la infraestructura de un oficinista para llegar a trabajar como una mujer de la limpieza.

Pero ni siquiera consiguió un puesto de ocho horas.

Antes, un contrato indefinido era una realidad, pero ahora un 20% de la población tiene un trabajo precario. Existe una grave desregulación. Lo damos por hecho, pero la jubilación no concierne a uno de cada cinco.

¿Se ha desnaturalizado el concepto del trabajo?

Existe desde hace ya un tiempo y no nos damos ni cuenta. Todos los trabajos están tocados por la crisis. El estatus es el mismo, pero es inseguro. Y la inseguridad nos priva de poder alquilar un piso, de comprar una nevera a plazos.

¿Cambió la mirada de los demás hacia usted?

Sí. En mi oficio, ser una mujer está muy valorado. Me dicen que soy valiente, que qué dura es la guerra o vivir en Afganistán. En este caso, ser una mujer es tener el mismo estatus que una escoba, de alguien que nadieve, que nadie saluda. Descubrí que esa es la verdadera vida de las mujeres.

Pero se aprecia mucha solidaridad entre la gente...

Los otros candidatos son competidores, pero sin ayudarnos los unos a los otros es imposible salir adelante. Y menos si para trabajar dos horas necesitas tres de desplazamiento.

¿Debería el periodismo dedicarse más a estos temas?

Los grandes reportajes se han desvalorizado con los recortes. Nunca me habrían dejado hacer este reportaje en Le Nouvel Observateur. No hay temas grandes o pequeños, es cómo los contamos. Deberíamos acercar temas difíciles y hacerlos comprensibles, como los buenos profesores.

¿Hay algún momento que recuerde en especial?

Sí, esa mujer, Françoise. Mientras limpiábamos el cámping decidió parar tres minutos para fumar: la jefa nos vigilaba y nos metía prisa. Trabajábamos con pánico. Pero ella apartó la escoba y decidió terminar su cigarrillo. Me pareció un acto heroico, de libertad absoluta, una resistencia real."

Una entrevista de Ariane Basaguren
Fuente: adn.es y adn edición impresa.

¿Qué os ha parecido...?

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