Dice.

"Dice que se siente algo cansado pero que no es nada. Dice que el otro día salió a dar una vuelta para ver algo de tiendas y que se le pasó el tiempo volando, pero que, aún así, no dejaba de darle vueltas al coco. Dice que se entristecía por cualquier cosa, pero que se lo pasó bastante bien probandose ropa y cosas de esas. Dice que luego se compró un helado (de vainilla) y que se sentó en un banco de la Rambla para ver pasar a la gente. Dice que vió a una pareja muy acaramelada paseando y contandose secretillos al oído. Dice que vió a una señora muy mayor sonriendo al sol junto a su perrito. Dice que se dejó mecer por el viento y por las caricias de sabor. Dice que no tenía demasiadas ganas de caminar porque se había puesto esos zapatos tan bonitos que tiene (y que le hacen tan esbelto) pero que le machacan los pies hasta tal punto que parece una geisha japonesa del Japón. Dice que hizo un esfuerzo y que se acercó hasta la calle donde actuaban grupos de música no profesionales. Dice que no tocaban tan mal y que puso a danzar. Dice que a danzar no, que a bailar. Dice que todo el mundo bailaba y que así parecía que la tristeza era menos triste. Dice que notó una mano en el hombro, que se giró y que allí estaban los dos. Dice que la sorpresa le sorprendió. Dice que le dieron unos besos pero que lo mejor fueron los abrazos. Dice que todavía mejor fue la charla allí de pie (a pesar del dolor de pies por los putos zapatos) mientras se movían a ritmo de la música de los músicos noveles. Dice que en el escenario unos chicos cantaban el "Bon Dia" de Els Pets. Dice que lo hacían casi mejor que los del grupo de verdad. Dice que se estaba haciendo de noche y que comentó que se tenía que ir a casa porque tenía cosas que hacer (yo sé que eso era mentira) y que ya se verían. Dice que insistieron en tomar algo en el bar de allí al lado y que eso..., eso se convirtió en una agradable y deliciosa cena. Dice que rieron y que hasta vieron un poco del partido de fútbol. Dice que el vino que tomaron era de esos tan ricos que te hacen perder la mayoría de los malos sentidos. Dice que el postre era una tortura de senderos de lo maravilloso que era (un pecado por la cara que ha puesto). Dice que cuando quería pagar ya estaba todo pagado, que le habían invitado porque si. Dice que eso fue lo mejor. Porque, dice, nunca nadie hace eso. Dice que se sintió cuidado porque les vió cara de preocupados. Y dice que ni tan siquiera son grandes amigos, tan sólo que la vida los ha cruzado. Dice que llegó a casa, que tiró los zapatos, que metió los pies en agua caliente, que se puso el pijama, que se preparó palomitas y que se tragó "No basta una vida". Dice que se hartó de llorar con la peli ( y que si no la he visto que la vea). Dice que se fue a dormir contento por lo que ellos habían hecho. ¿La invitación?No..., bueno un poco, pero más que nada por la compañía, por el apoyo en un mal momento. Dice que es un momento de esos en que la vida te da la espalda. Dice que se sigue sintiendo mal pero que se pasará, que no es nada. Dice que el cansancio siempre pasa. Y le he dicho que he visto el dolor en su alma. Y no ha dicho nada.

Ha hablado su mirada."